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CANTATA DEL CAFÉ (J.S. BACH)

CANTATA DEL CAFÉ  (J.S. BACH)

Durante el siglo XVII era moda en Europa tomar café. Uno de los músicos más famosos de todos los tiempos, Juan Sebastián Bach compuso la Cantata del Café en 1732. El texto habla de una riña entre un padre y su hija porque ésta no podía dejar de tomar café.


Cantata del Café
J.S. Bach
Libreto de Christian F. Henrici
Narrador:
Callaos! Dejad vuestro charloteo y prestar oído a esto que acontece.
Ahí viene maese Schlendrían con su hija Lieschen, y por qué gruñe como oso enjaulado? Oíd, oíd por vosotros mismos lo que le ha hecho a su hija.
ARIA
Shlendrian: Ay, las cien mil tribulaciones que nos procuran los hijos!
De nada, de nada sirven los buenos consejos que cada día prodigo a mi hija. RECITATIVO
Schlendrian: Mala hija! Niña impertinente eres!
Ah! Por piedad logre yo que hagas desaparecer ese café!
Lieschen:
Señor mi padre, no seas, por Dios tan intransigente! Si como de costumbre no puedo beber mis tres tazas diarias de café, mudarme temo para mi gran desconsuelo en más seca que un leño.
ARIA
Lieschen:
Oh! Si! El buen café endulzado, delicioso es más que mil besos, dulce sabe cual vino moscatel.
Café, sí, es café, lo que quiero!
Y quien deseare darme a saborear una exquisita bebida, venga a ofrecerme una taza de café.
RECITATIVO
Schelendrian:
Pues si al café no renuncias, no te permitiré que asistas a boda, fiesta, paseo o romería.
Lieschen:
Pues bueno que así sea! Pero dejadme, os lo pido, dejadme mi café. Schlendrian:
Has de saber descarada presumida, que no voy a encargarte el vestido de fiesta que hecho a medida querías.
Lieschen:
De buen grado acepto.

Schlendrian:
Y no consentiré que te asomes al balcón ni a mirar a los que pasan.
Lieschen:
En buena hora, más os pido simplemente que me dejés el café.
Schlendrian:
No has de recibir tampoco de mi mano dige o broche de oro o plata con que adornar tu cofia!
Lieschen
Bien está, pero no me quites lo que tanto me gusta, os lo pido por favor. Schlendrian
Qué terca eres,
Lieschen! Me enojas en demasía.
ARIA
Schlendrian
Ea, escucha y obedece a tu padre!
Lieschen
A todo lo que mande, más no a lo que toca al café.
Schlendrian:
Pues ya que tanto te empeñas, habrás de aceptar también nunca tomar marido. Lieschen
Oh si, mi señor padre! Un marido sí!
Schlendrian
Te lo juro que no lo vas a tener!
Lieschen
Hasta no haber renunciado yo al café? Entonces, oh café mío, abandonarte he! Mi señor padre, escuchad luego que ya más café bebo.
Schlendrian
Por fin, prometerte puedo que un matrimonio has de tener! Hoy mismo.
ARIA
Lieschen
Padre querido, hacedlo por mi que dicha, un esposo al fin!
En verdad bien lo merezco...quisiera Dios que pronto me sea dado en lugar de café, antes de ir al lecho un amable bienamado.
RECITATIVO
Narrador:
Ahí va el viejo Schlendrian en busca de un marido que sea de su agrado para presentarle a su hija Lieschen. Más la niña en su ausencia pregona: ningún pretendiente ha de franquear el umbral de esta casa si no promete formalmente y suscribe en los esposales que podré a mi libre albedrío seguir preparando café. CORO
Todos: Así como el gato no puede dejar de cazar ratones, así las doncellas son chismosas y aficionadas al café. Si la madre al café venera y la abuela ya lo tomaba, qué podemos pues, contara las hijas?

5 comentarios

jose gregorio manzo -

felicitaciones a la persona que publico la portada del lp de lucho gatica de 1961,soy hijo de jose manzo perroni y me siento muy orgulloso de que esta pieza venezolana haya sido exitosa mundialmente.efectivamente fue lucho gatica el primero en grabarla internacionalmente,en venezuela fue hugo blanco,luego ismael rivera y cortijo,perez prado julio iglesias,placido domingo etc,pero la version que mas le encanto a mi padre fue la de azucar moreno por su exelente arreglo,mi padre era muy fanatico del buen cafe,por un amor imposible del pasado y el cafe fue su gran inspiracion.

Raquel -

Es que su padre era un padre desnaturalizado.

anonima -

Me refería a que a la moza le gustaba el café tanto, que lo quería sin marido y con marido.

Raquel -

¿El chocolate? No, querida, el café, el café caliente, fuerte y amargo.

anonima -

Astuta la niña.
Renuncia a todo, menos al marido y al café.
A saber que marido le tocó, si lo hubiera sabido igual no acepta y se queda encerrada tomando café.
Y yo que creía que era el chocolate el sustituto.
Para esta era el café, con él o sin él.