EL BUDI

Ya iba tocando inaugurar la sección Locales.
El Ginger, El Desván o, simplemente Donde Budi. Todos estos nombres le cuadran al local del que voy a hablar en este post. Hace dieciseis años se inauguró como Ginger, y así lo sigue conociendo la parroquia de siempre; desde hace cinco, cuando se hizo la reforma que lo dejó como veis, es El Desván, nombre por el que lo conocen los nuevos habituales; pero unos y otros, cuando vamos allí, vamos Donde Budi, que es el apodo, mote o alias del dueño del local (y éste sí que no ha cambiado).
El café es bueno; el sitio acogedor o concurrido a según qué horas. A mí me gusta ir a tomarme allí el cafetito de media mañana y pelearme con Víctor para que me lo ponga en un vaso cutre de los de toda la vida en lugar de servírmelo en las tazas de diseño con que han renovado el menaje. Y al que le guste el café con crema, que vaya cuando esté Diana.
Llevo tantos años yendo allí que casi es una segunda casa.
4 comentarios
Raquel -
anonimma -
Raquel -
Y sirven unas tapas muy buenas. Las croquetas, casi como las caseras, y grandes.
canichu -